Cuando Fred Tate tenía un año ya podía leer. A los cuatro años escribía poesías. Hoy tiene siete años y pinta murales al óleo y acuarelas, toca el piano a nivel de competición y resuelve complicadas ecuaciones matemáticas. Dede, la madre del pequeño Tate, descubre que su hijo es un verdadero superdotado con un altísimo coeficiente de inteligencia. Sin embargo, sus emociones y sentimientos bloquean su desarrollo como persona. Fred es un niño solitario que vive aislado de sus compañeros por su inteligencia y sensibilidad. Mientras que intelectualmente es un adulto, Fred depende de su madre, como cualquier otro niño, como soporte y guía emocional. Además, necesita a la profesora de psicología Jane Grierson, formadora de niños superdotados, para las cosas que su madre no puede darle y como orientación para una riqueza de conocimientos más allá de la experiencia de su madre.