Por un lado, Susan se encuentra en un restaurante y comienza a hablar con un desconocido que se ha fijado en ella. Conversan durante un buen rato y después cada quién se va por su lado. El chico queda tan impactado con ella que, una vez en la calle, cruza sin mirar y es arrollado brutalmente por un camión. Por otro lado, la muerte siente curiosidad por ver cómo es ser un mortal y decide tomar, temporalmente, el cuerpo del chico muerto para ver qué se siente. Así, la muerte se presenta ante William Parrish, un hombre mayor y acaudalado, a punto de cumplir años, que sabe que no le queda mucho de vida, y que está preparando una gran fiesta de despedida. La muerte, que se hace llamar Joe Black, y que ha venido a llevárselo, le propone un trato: que le enseñe cómo es la vida de un mortal y lo ayudará a terminar con sus preocupaciones antes de irse al otro mundo. Así, Joe Black le da la oportunidad de retrasar su final a cambio de enseñarle algo que desconoce: la propia vida.