Un músico regresa a su barrio en Chicago después de permanecer seis meses en una institución curándose de su adicción a la heroína. Sus intentos por evitar la recaída son frustrados al volver a un entorno que le asfixia. Cuando pierde un trabajo en una orquesta se ve obligado a repartir cartas en timbas ilegales y lo único que le ayuda es la presencia de una muchacha que siempre ha estado enamorada de él. En 1955, Preminger volvió a desafiar el Código Hays mostrando por primera vez en la pantalla y con toda crudeza a un drogadicto en su agónica existencia. Las imágenes de la película son fuertes, casi expresionistas, y están conformadas sobre un decorado recorrido por hipnóticas grúas que descubren el dramatismo de la ratonera. Frank Sinatra, en una actuación impresionante, fue nominado al Oscar al Mejor Actor y obtuvo el premio del Círculo de Críticos de Nueva York en la misma categoría.