Un cura con ideas anticuadas es destinado a un barrio de los suburbios de Madrid para ejercer el apostolado. Allí, el clima revolucionario y el carácter antirreligioso de los feligreses hacen fracasar todos sus intentos por atraerlos. El Arzobispado lo amonesta, pidiéndole que renueve sus métodos y que tome como ejemplo a un joven sacerdote de una parroquia moderna. El viejo cura trata de aplicar en su ambiente lo que ha visto en la parroquia modelo, desencadenando toda una serie de peripecias. El director, José Luis Sáenz de Heredia, contó con la colaboración en el guion de Rafael J. Salvia, uno de los mayores impulsores del llamado 'cine de estampita' de la década de 1950, que aquí buscaba una puesta al día.