Durante la reconstrucción de los hechos, Johan Bellois, acusado del asesinato de Marie Braguard, toma como rehenes a los miembros del tribunal, entre ellos el juez de instrucción Caseneuve, Vanessa, Claire y el abogado de Johan. Justine se verá obligada a reabrir el caso, que parecía evidente: Johan reúne todas las características del culpable ideal. A medida que profundiza en la investigación, descubre que el juez no ha respetado la presunción de inocencia.