Laura Prell, antigua campeona de biatlón, es brutalmente asesinada. Sophia se culpa, pues se cruzó con ella poco antes mientras corría. Las pesquisas revelan que la gloria de Laura había desaparecido y su vida personal y profesional estaba en ruinas. Su esposo Rupert mantenía una relación con Katrin Munzinger, excompañera de equipo, lo que podría haber desencadenado el crimen. Pero también Christoph Schaub, director de un centro de entrenamiento, tenía motivos: Laura lo acusaba de negligencia en un accidente grave de un alumno. Aunque Schaub lo niega, el testimonio de su ayudante Florian lo incrimina. En paralelo, Eva sigue sin decidir su futuro académico. Un seminario de orientación psicológica parece abrirle camino, aunque sus resultados sorprenden a toda la familia Beissl.