El cadáver del veterinario Leopold Leitner aparece en la pajarera de su hermano Jakob y su cuñada Klara. Una valiosa caperuza de diamantes para el halcón permanece intacta, lo que desconcierta a los investigadores. Pronto afloran los conflictos: el empresario saudí Al Ahyan acusa a Leopold de haber falsificado informes para venderle un ave enferma y además sospecha que su hija Dalilah, que hacía prácticas con el veterinario, se había enamorado de él y quería quedarse en Alemania. Jakob y Klara tampoco están libres de sospecha. La investigación apunta a múltiples frentes, pero todo da un giro cuando surge la posibilidad de que Klara esté embarazada. En el terreno personal, Beissl se siente orgulloso de Eva, quien ha conseguido plaza en Biología Marina en Kiel; aunque la idea de verla marchar tan lejos le resulta casi insoportable.