Han pasado varios años desde el final de la anterior aventura. Alejandro y Elena están casados y tienen un hijo de diez años, Joaquín. Tras heredar la máscara de El Zorro, Alejandro continúa protegiendo a los vecinos pobres y oprimidos del territorio de California, pero ahora se debate entre su deber y su deseo de llevar una vida más normal y atender a sus responsabilidades como marido y padre. Mientras tanto, el territorio de California desea convertirse en el trigésimo primer estado de la unión, pero varios terratenientes y hombres de negocios están decididos a evitarlo. En un valiente intento por frustrar sus planes, El Zorro se encuentra sumido en una crisis que amenaza su vida y la seguridad de su familia.