Danny Muldoon (John Candy), un policía solitario cuarentón de Chicago que todavía vive con su dominante madre Rose (Maureen O'Hara), conoce un día a Theresa Luna (Ally Sheedy), la hija del dueño de la funeraria local en donde maquilla a los cadáveres, y se enamora perdidamente. Naturalmente, su madre, una inmigrante irlandesa de ideas fijas con carácter insoportable, no está de acuerdo con la relación, por lo que Danny y Theresa se verán en el dilema de superar esa dificultad o dejar de verse. Las relaciones entre madre e hijo se agrían y Danny comienza a tener fantasías en la que ve a su Rose en grave peligro.