Creado a partir del cuerpo inerte del agente Alex Murphy, Robocop vuelve a las calles de Detroit para hacer frente a un grupo de traficantes de droga. Sigue trabajando bajo las órdenes del cuerpo de policía controlado por la OCP, la empresa que se encargó de construirlo. Pero sus fabricantes quieren ahora crear un nuevo robot que no esté tan condicionado por sus recuerdos y que sea más fuerte, más eficente. Por eso, la psicóloga encargada de construir al nuevo Robocop, Juliette Faxx, acude al corredor de la muerte para encontrar un corazón humano, siguiendo la teoría de que un preso puede matar más fácilmente que un policía y es más dócil a la hora de obedecer órdenes a cambio de vivir.