Debido a su particular forma de ser, el sheriff Walt Coogan, de Arizona, tiene continuos roces con sus superiores. Como castigo es enviado a Nueva York para que localice a James Ringerman, un peligroso criminal. Los métodos primitivos de Coogan chocan con el sistema empleado por la policía metropolitana neoyorquina. El teniente detective Mac Elroy le ordena que regrese a Arizona, dado que Ringerman se encuentra hospitalizado a causa de una elevada dosis de LSD que ha ingerido. Coogan, por supuesto, se niega a abandonar su presa y a Julie Roth, una preciosa asistente social que acaba de conocer. El testarudo Coogan se introduce en el hospital y logra que pongan a Ringerman bajo su custodia, pero éste da instrucciones secretas a su amiga Linny Raven, que envía a un matón que lo libera golpeando a Coogan cuando estaba a punto de llevárselo a un avión.