Juan Fernández Arriaga, durante sus largos años de matrimonio con Paulina, no ha visto colmado sus deseos de tener un hijo varón. Tiene siete hijas, de las que las casadas no le han dado más que nietas, por lo que Juan vive angustiado rodeado de un mundo femenino, y, en plena locura, lleva unas relaciones con una viuda que le promete tener un hijo, puesto que toda su descendencia anterior han sido varones. Inesperadamente, el hogar de Juan se ve turbado por el embarazo de una de sus hijas solteras, María Luisa, a la que hay que casar rápidamente. La viuda da a luz y toda la familia, conmovida, en lugar de reprocharle su falta, intenta ayudar a Juan, incluso su propia esposa. Pero lo que tiene la viuda es otra niña, mientras que María Luisa da a luz un niño, primer nieto varón. Aunque esto le calma algo, no le evita la añoranza de un hijo.