El gabinete de prensa de la policía de Los Ángeles decide, para acabar con la mala imagen del cuerpo, que lo mejor es patrocinar un 'reality show' televisivo en el que se vea, de forma pedagógica, a dos agentes ejemplares en acción. Los dos hombres seleccionados son completamente dispares. Uno es el sensato detective Mitch Preston, un hombre de pocas palabras, poca paciencia y aún menos estilo. El otro es el agente de patrulla Trey Sellars, un novato que parece siempre dispuesto a meter la pata y que, en lugar de ser policía, prefiere interpretar a uno en televisión.